miércoles, 1 de octubre de 2014

Alerta roja

 

La irrupción del colectivo y/o partido político “Podemos” en las últimas elecciones europeas ha cogido por sorpresa al arco político español, sorpresa que no se entiende muy bien habida cuenta del concienzudo puteo aplicado al ciudadano desde 2011, para el impune beneficio de los de siempre.
 
Las reacciones de los partidos han sido desiguales: el PP no sólo piensa que esto no va con ellos sino que, más aun, cree que esta situación les podría resultar beneficiosa para sus intereses electorales; partidos como IU, UPyD, o Ciudadanos  no terminan de superar la parálisis y el desconcierto; y el PSOE parece que ha sido el primero en darse cuenta de que esto no es una broma, y reaccionó de manera fulgurante en un intento de lavar la cara a su desgastado -y ya poco creíble- partido.
 
¿Y el sistema? (el establishment, los-que-mandan, ...).
Pues parece que le han visto las orejas al lobo.
 
Pero esta panda de arrogantes psicópatas no se deja amedrentar por cuatro jovenzuelos indocumentados. Y han reaccionado. A su estilo. Por lo pronto, han sacado a sus mejores (mejores, que no buenos) espadas que mantienen en nómina (periodistas de supuesto postín, personalidades de ¿reconocida? solvencia, supuestos intelectuales, tertulias televisivas de recurrente formato y escasa credibilidad, catedráticos, abrazafarolas, ex presidentes de gobierno, etc., etc., todos ellos con muuuuuchas ganas de agradar) a lanzar infamias, mentiras y falsedades cuando no insultos, argumentos tan ingenuos como falaces y poco creíbles, etc., etc., en un intento inútil de frenar esa marea inevitable que ellos mismos han provocado por los excesos cometidos contra los ciudadanos, supuestos poseedores de la soberanía nacional en el teatro que ellos han organizado y al que no se cansan de llamar “democracia”.
 
Y todo esto motivado por unos “chicos antisistema y violentos”, que sólo obtuvieron… ¡5 eurodiputados!, 5 míseros diputados de entre todo el universo de paniaguados en esa amañada lotería que denominan “elecciones democráticas”.
¿Qué pasó cuateeee?
 
Y es que, sin querer verlo, lo han visto: esto no va a terminar aquí.
 
Por su parte, los partidos oficialistas siguen sin querer entender que, en realidad, los auténticos antisistema son ellos, esos que exhiben una cara simpática durante 1 mes cada cuatro años, para, inmediatamente, dar la espalda y traicionar por treinta monedas de plata al ciudadano que les eligió, justo al día siguiente de las votaciones para proceder, a continuación, a agasajar y enriquecer a sus superiores (el poder real, ese IBEX35 que aglutina y controla “la creme de la creme” de la riqueza española, o ese Dow Jones, que hace lo propio a nivel planetario), a costa de los sufridos ciudadanos que les eligieron. Absurdo, ¿no?
(¡Es la democracia, tonto!)
 
Y se atreven a tildar, sin sonrojarse, de “antisistema” a aquellos que defienden una democracia de verdad al servicio del ciudadano, que responda a las necesidades del ciudadano, y que ya no admiten esa gran mentira bien urdida, ese engañabobos, ese teatro de variedades en el que, finalmente, han convertido aquello que un día se llamó “La transición española”, tan manida como manipulada por esos psicópatas (y no me refiero a los mediocres, egoístas, inmorales, inútiles, inoperantes y traidores políticos, sino a sus superiores, los que verdaderamente mandan), que sólo se preocupan de sus propios intereses, ajenos al bienestar ciudadano, y a los que realmente les importa un bledo tanto España como los españoles.
(Cabría preguntarse, ¿entonces… qué demonios representa eso que llamamos España, a quién le importa?
Bueno, eso es otro asunto que trataremos otro día pero, de manera simple y a modo de adelanto, podríamos imaginarnos que España es como una vaca que da mucha leche. E imagina, asimismo, que tú ya no posees ni la granja ni la empresa de transformados lácteos.
¿Lo cazas?)
 
Es tal la incapacidad para reconocer sus propios errores que no me queda más remedio que citar textualmente las palabras de una vicepresidenta y portavoz de su gobierno (cuyo nombre no voy a desvelar para no avergonzarla) que, en su intervención en los cursos de verano que en este año 2014 organizó en El Escorial su partido (cuyas siglas no voy a descubrir, para no dejarle en evidencia), dijo:
“Hay partidos que dicen lo que los ciudadanos quieren oír”.
 
¡Coño, claro!..., ¿cómo no me he dado cuenta antes?
 
Y es que, efectivamente, hay partidos desaprensivos que tienen la perversa costumbre de hablar acerca de lo que interesa a los ciudadanos.
¡Cabrones…!
 
Y no como los otros, que hablan y discuten de asuntos que al ciudadano le importan un pimiento.
¡Benditos…!
 
Así lo dijo.
Ella solita.
Con dos cojones…
abap
(Se me olvidaba: #niPPniPSOE)

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